Título original: Fangirl
Autor: Rainbow Rowell
Género: YA, juvenil
Editorial: Alfaguara
Páginas: 512
Para lectores: 16+
Idioma: Español
Idioma original: Inglés
Sinopsis: Cath y Wren son gemelas idénticas, y hasta hace poco lo hacían absolutamente todo juntas. Ahora están a la universidad. Wren le ha dejado claro que no piensa compartir habitación con ella. Para Wren es una oportunidad única de empezar de cero y conocer gente. Para Cath no es tan fácil. Es terriblemente tímida. Su único mundo es ser fan de Simon Snow, donde ella se siente a gusto, donde siempre sabe exactamente qué decir y donde puede escribir un romance mucho más intenso que cualquier cosa que haya experimentado en la vida real. Sin Wren, Cath se siente completamente sola, fuera de su zona de confort. Tiene una compañera de cuarto antipática, siempre acompañada de su atractivo novio, un profesor de escritura que piensa que el fan fiction es el fin del mundo civilizado, un guapo compañero de clase, que sólo quiere hablar de palabras. Y además no puede dejar de preocuparse por su padre, que es amoroso y frágil y nunca ha estado realmente solo. Ahora Cath tiene que decidir si está dispuesta a abrir su corazón a los nuevos amigos y a las nuevas experiencias, y se está dando cuenta de que hay mucho más que aprender sobre el amor de lo que nunca creyó posible.
―Fan fiction ―repitió Levi.
―Sí.
A Cath la abochornaba su propia sinceridad, la pasión que le suscitaba el tema. Estaba tan acostumbrada a mantenerlo en secreto…, tan habituada a dar por supuesto que la gente la tomaría por una friki, un bicho raro, una pirada…
Este último mes he dedicado toda mi atención, prácticamente, al subgénero literario denominado como Young Adult (adultos jóvenes) o YA. Les diré, que, en un principio, yo rehuía de todo lo que tuviera que ver con el género juvenil. Si bien hace unos años fui un adepto a este tipo de lecturas, después del boom que existió con los éxitos superventas de novelas tan insulsas y poco carentes de sentido pensé que todas las demás serían de este corte (hay que admitir que la romántica paranormal juvenil la cago muy feo). Y luego salen estos libros que no tienen tramas tan “serias” (por así decirlo) para etiquetarlos como material adulto, pero tampoco son tan sencillos como el material para adolescentes que se vende al por mayor (y que, aun así, tanto adolescentes como adultos pueden disfrutar de su contenido).
La reseña de hoy es sobre un libro que quizá varios ya conozcan, y como dice el título de la entrada es acerca de Fangirl. La historia de cómo llegó a mis manos se remonta a un intercambio de regalos navideños el diciembre pasado, y no fue hasta el lunes de la semana pasada que decidí leerlo.
Es el primer libro que leo de Rainbow Rowell, también tengo el de Eleanor y Park (me lo regalaron en otro intercambio navideño ¡Vivan las fiestas decembrinas!), pero decidí empezar con Fangirl porque, desde que leí el título y la sinopsis, sentí una gran empatía con la historia aún antes de leerla.
El libro nos cuenta la historia de Cath, una chica que está loca por Simon Snow (una especie de Harry Potter ficticio que Rainbow Rowell inventó para ser el objeto de admiración de la protagonista), pero más aún por Baz, el archienemigo de éste. Cath no solo es una fan, es “la fan”: ha comprado todos los libros, visto todas las películas, colecciona todos sus artículos y, por si fuera poco, escribe Fan-fiction sobre ellos. Aquí no acaba la cosa, su fan fiction Adelante, Simon (Carry on, Simon) es el más leído de todo internet, siendo considerado por los fans como el desenlace no oficial de la serie.
Para Cath la vida no ha sido fácil: creció sin una madre pues esta se fue de casa cuando ella tenía siete años, dejando un hogar destrozado por el dolor de la pérdida. Su único refugio ha sido Wren, su hermana gemela, y los libros de Simon Snow, con lo cual ha podido sobrevivir a lo largo de su infancia. Pero las cosas cambian drásticamente al ingresar a la universidad, pues Wren no quiere compartir habitación con ella, lo cual la deja muy dolida. Wren exige independencia, conocer el mundo y desligarse de su hermana. Cath se siente perdida, no se hace a la idea de vivir separada de su gemela y fuera de casa.
Fangirl me ha gustado por muchas razones, la primera es que retrata con suma credibilidad lo que es el mundo del fandom, las ideas que se tienen de la fanfiction y el sentimiento de cariño que uno puede llegar a desarrollar por historias que nos han marcado, y acompañado, desde la infancia. Por mi parte yo no dejaba de pensar en Harry Potter cada vez que leía algún fragmento de los fics de Cath, o estractos de la novela que nos regalaba la autora; porque les digo, el libro intercala al final de cada capítulo pequeños fragmentos de los libros ficticios de Simon Snow, o del fic que Cath escribe (algo que me pareció muy original y acertado).
Los personajes son otro punto a favor, cada uno tiene su personalidad muy bien definida, voz propia, tanto que podrías imaginártelos fuera de la historia (pues son tan comunes como la gente que transita por las calles, en la sencillez de los mismos radica su encanto). He de decir que me sentí algo identificado con Reagan, tal vez no por la personalidad, sino más bien por su sinceridad y decir todo a bocajarro.
―¿Te medicas?
―No.
―A lo mejor deberías.
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Cath señaló a su compañera con el tenedor.
―No me compadezcas. No quiero que me compadezcas.
―No puedo evitarlo ―replicó Reagan ―. Eres patética.
―No lo soy.
―Lo eres. No tienes amigos, tu hermana te deja y eres maniática de la comida… Y estás obsesionada con Simon Snow.
―No estoy de acuerdo con nada de lo que acabas de decir.
Pero quién más me gustó fue Levi. Hubo momentos en lo que, hablando con total sinceridad, cerraba el libro y daba vueltas por el colchón estilo nenadeanimefangirlera. Este libro sacó la parte más ñoña y shipera que hay en mí. Y también me reventó de la risa muchas veces.
―Trataba de adivinar por qué a veces vas todo de negro.
―A lo mejor me va el rollo gótico ―Levi sonrió―, pero solo de vez en cuando.
Cath no podía imaginar a nadie menos Gótico que Levi; era la persona más sonriente que había conocido jamás. Sonreía con toda la cara, de la barbilla a la calva incipiente. Se le arrugaba la frente, guiñaba los ojos. Hasta sus orejas participaban en el gesto: se movían como las de los perros.
―O puede que trabaje en el Starbucks ―dijo.
La verdad, no me importaría volver a leer Fangirl en unos cuantos meses, y no soy de los que relean libros muy seguidos, pero este vale mucho la pena.
Y la portada, Dios, la portada. Cada vez que leía algo sobre Cath o Levi cerraba el libro para ver sus caricaturas en la pasta del libro. En serio, adoré la ilustración: El título, Cath escribiendo su fic encaramada en las letras, y Levi hablándole sin ser tomado en cuenta porque ella se pierde en su propio mundo.