«Tienes que salir de aquí… Tienes que encontrar tu sitio, tu familia. Tienes que hacerlo antes de que te pudras y mueras.»
La figura del vampiro ha sido una de las más explotadas en estos últimos años, desde el gran boom que comenzó con Twilight y continuó con sagas como Vampire Academy o House of Night; incluso los títulos de The Vampire diaries retomaron más fuerza que antes. Dichos libros, querámoslo o no, han hecho que los jóvenes retomen el interés por la lectura, algo que ya se pensaba perdido (sin mencionar al bueno de Harry Potter, pero él es tema aparte)
Aunque a simple vista de la impresión de que estoy tirando flores sobre crepúsculo y toda esta nueva ola de teen-vampire-love, la verdad es que no, pero es necesario comenzar con esta introducción para poder hablarles del tema que me interesa: los vampiros de Poppy Z. Brite.
Como saben, hemos sufrido mil y un reinvenciones de esta enigmática y aterradora figura: desde un una vampira ambigua (Carmilla), un Conde transilvano (o sea, no es necesario que les diga de quién se trata), y el reconocido vampiro que brilla a la luz del sol.
Lo que vemos en El alma del vampiro no es una reinvención en sí, aunque se añaden ciertas características al canon del vampiro clásico.
Nuestra historia comienza en Nueva Orleans, más específicamente: en un bar, donde trabaja Christian, un vampiro con más de trescientos años de edad, quien es además el dueño de dicho bar. Christian atiende a una chica neogótica en la barra cuando irrumpen tres personajes que parecen haber salido de una película cyberpunk (o al menos esa fue la impresión que yo tuve). Los tres sujetos son Molochai, Twight y Zillah, vampiros al igual que Christian. Y como todo vampiro famoso: ellos son atractivos (Molochai y Zillah) y hermosos (Zillah), pero con un toque gamberro-pandillero.
«Zillah era el más hermoso de los tres, tenía un rostro simétrico y andrógino de piel lisa y suave, y unos ojos relucientes tan verdes como la última gota de Chartreuse que quedan en el fondo de la botella. Lo único que delataba el sexo de Zillah eran sus manos. Eran grandes y fuertes, y las venas se abultaban bajo la delicada piel blanca. Llevaba las uñas muy largas y puntiagudas, y lucía la cabellera color caramelo recogida en la nuca con un pañuelo de seda púrpura. Unos cuantos mechones de la cola de caballo habían escapado para enmarcar aquel rostro asombrosamente bello y la puñalada verde de sus ojos……Los rasgos de Molochai y Twig eran como esbozos del mismo rostro hechos por pintores distintos. Uno había usado ángulos y líneas rectas, y el otro había trabajado con curvas y círculos. Molochai tenía una cara de bebé, con ojos grandes y redondos y una boca grande de labios siempre húmedos que le gustaba recubrir con carmín anaranjado; mientras que el rostro de Twig era anguloso y estaba lleno de astucia y vivacidad, y sus ojos se movían de un lado a otro siguiendo cada movimiento…»
En el bar, los tres vampiros (Christian, Molochai y Twig) terminan montando una escena de drenación sangrienta entre ellos mismos, ante la mirada atónita de Jessy quién reacciona en el momento justo para unirse y beber de la muñeca de Molochai solo para ser abofeteada violentamente por él. Pero el desconcierto no le dura mucho, pues es tomada por Zillah quien le brinda una noche de sexo que al final termina siendo su propia ruina.
Jessy queda embarazada, y de ella nace Nada, un bebé vampiro quién la mata al momento de su alumbramiento, devorándola por dentro.
«Cuando el bebé salió del interior de Jessy su cabeza giró y sus ojos se encontraron con los de Christian: confusos, inteligentes, inocentes… Una hilacha de tejido rosa oscuro había quedado atrapada en su boca diminuta, y se iba ablandando poco a poco entre las encías que no paraban de moverse.»
Aquí es donde podemos decir que la historia realmente comienza.
La trama gira alrededor de Nada y su búsqueda por encontrar quien es en realidad, pues se sabe hijo adoptado de un matrimonio feliz, pero él no es feliz: nunca se ha sentido parte de esa familia, por lo cual decide emprender un viaje que lo lleve lejos. En un principio su escapada la realiza para conocer a los Lost Souls?, una banda de la cual se hizo admirador. Es este acontecimiento el catalizador para que se unan los tres hilos principales: la reunión de los vampiros (Molochai, Twig, Zillah y Christian), el enfrentamiento de los Lost Souls?(Fantasma y Steve) contra los vampiros, y la búsqueda de Ann (ex-novia de Steve) para que se deshaga del bebé que se gesta en sus entrañas (otro hijo de Zillah).
Y aunque se diga en la sinopsis que el protagonista es Nada, la verdad me ha parecido que los personajes de Steve y Fantasma muchas veces se robaban todo el protagonismo dentro de la historia.
Siguiendo con el tema de los vampiros: las características principales de los seres creados por Poppy tienen la particularidad de no ser criaturas míticas (o eso da entender) pues ellos se dicen parte de otra especie muy diferente pero a la vez muy semejante a la humana, por lo que su mordida no puede transformar a alguien en vampiro: pero tienen la particularidad de poder procrear con humanos (como los híbridos dentro de la naturaleza). Son resistentes y casi inmortales, aunque si les apuñala en el corazón o les destrozan el cerebro pueden morir. Los vampiros jóvenes son inmunes a la luz del sol, pueden comer otras cosas además de la sangre y no tienen colmillos afilados naturales (esta labor la realizan de manera manual). Los especímenes más viejos (como Christian) sufren de quemaduras en la piel si se ven expuestos a la luz solar, su organismo no asimila ningún otro alimento que no sea sangre y ganan la particularidad de tener colmillos retraíbles para desangrar a sus víctimas. Su periodo de vida depende de lo cautelosos que sean. Todos los vampiros devoran a sus madres desde dentro al momento de nacer. De igual manera se habla de otra especie de vampiros: quienes en vez de beber sangre devoran la juventud y belleza de sus víctimas hasta dejarlas secas (en el sentido literal: como momias).
Tengo que destacar que el autor no se anda por las ramas con nada, nos detalla las escenas sexuales, de muerte y violencia sin ningún pudor. Así como no tener ningún tabú en narrarnos como se inyecta la heroína o lo escabroso de la relación entre Nada y Zillah.
Otro punto que es importante resaltar: las relaciones sexuales que se dan son en su mayoría entre personas del mismo sexo (hombre-hombre). Por lo tanto, si buscabas un libro paranormal-romántico-juvenil puedes ir dándote la vuelta; este libro no es juvenil ni “romántico”.
El alma del vampiro no es una lectura para cualquiera, abarca temas muy controversiales y duros que quizá no muchos quieran leer, pero el desarrollo de los hechos y la narrativa del autor es algo esplendoroso que vale mucho la pena. Pero el leer este libro ya es criterio de cada uno. Por mi parte solo diré que lo recomiendo a todos aquellos que tengan gustos no tan comunes como yo (pues entre tanto bodrio vampírico he aquí algo que es digno de leerse).